Una aplicación meteorológica falsa que copia los datos de acceso a tu banca online y se los envía a un hacker. Un antivirus malicioso que pide un rescate para restaurar tus archivos y te ofrece instalar un “producto” para solucionarlo. Estos son solo algunos de los muchos tipos de malware que existen. Pero, ¿qué es el malware? Vamos a verlo a continuación.
Laura Klusaite
Sep 24, 2020 · 4 minuto de lectura
Tabla de contenidos
El malware es software malicioso, es decir, software diseñado para perjudicar los intereses de los usuarios que son infectados por él, en beneficio de un tercero. Al referirnos al malware, tipos o clases puede haber muchos, así que vamos a repasar los principales ejemplos de malware y a clasificarlos de la forma en que se suele hacer con más frecuencia.
Posiblemente los tipos de malware más peligrosos sean el ransomware, los virus troyanos y los rootkits, aunque todas las formas de malware presentan serios riesgos para la estabilidad de tus equipos informáticos y la seguridad de tus datos personales. Las vulnerabilidades en materia de seguridad, el robo de los datos privados y la suplantación de identidad están cada vez más presentes por causa del malware en sus distintas formas.
El adware es un programa malware de los más inocuos, pero también uno de los más molestos. Consiste en un tipo de software malicioso que infectará un equipo o un navegador para mostrar publicidad de forma agresiva y obtener beneficios a través de los clics que los usuarios hagan en sus banners. En principio no debería ocasionar daños a los dispositivos, pero conviene tener presente que un adware puede estar acompañado de otras formas más peligrosas de malware.
El spyware es un virus malware que se infiltra en un dispositivo con la intención de registrar información contenida en él. Es difícil de detectar a simple vista porque no parece ralentizar el sistema ni afecta a su buen funcionamiento, pero es especialmente peligroso porque tiene la capacidad de reunir tus contraseñas, números de tarjeta de crédito y otros datos personales críticos que pueden ocasionar serios problemas si caen en manos de terceros.
Un virus es un subtipo de malware algo más genérico, hasta el punto de que en su momento se llegó a considerar como un sinónimo de todo el malware. Sin embargo, no todos los tipos de malware son un virus. Esencialmente, un virus es un código malicioso que entra en funcionamiento al infectar los archivos de un sistema. Sin embargo, un virus no puede infectar un equipo de forma autónoma y necesita que el usuario ejecute el archivo o programa al que está adjunto.
Los gusanos en principio son más inocuos que otras formas de malware, por cuanto fundamentalmente lo que hacen es autorreplicarse dentro de un sistema o una red. Sin embargo, con frecuencia los gusanos se utilizan en combinación con otras formas de malware que pueden dañar un software o robar su información, con lo que su función consiste en transportar esta segunda pieza de malware más dañina.
Los troyanos son un tipo de malware que se introduce en un sistema bajo una apariencia inocua para que el usuario los ejecute. Una vez hecho esto, el troyano abre una puerta trasera en el equipo infectado, que permite que otras formas de malware accedan a él y a sus archivos. Una de las formas más comunes en que se transmiten es mediante el correo electrónico.
El ransomware es una de las formas de malware más peligrosas. Esencialmente consiste en un tipo de software que infecta los archivos de un sistema y los encripta, de forma que resulta imposible acceder a ellos. Seguidamente, el ransomware pasa a pedir una cantidad de dinero al usuario para desencriptarlos.
Los rootkits son un tipo de software malicioso que infecta los sectores críticos de un sistema y se asientan en ellos, de forma que resultan muy difíciles de eliminar. Desde esa posición, un rootkit puede controlar completamente un sistema como administrador, autorreplicarse, obtener información o inutilizarlo.
Los keyloggers realizan un seguimiento de las pulsaciones que realiza un usuario en su teclado, con lo que registran potenciales nombres de usuario y contraseñas con los que luego es posible para un tercero acceder a las cuentas del usuario, sus tarjetas de crédito, sus correos, entre otros.
Para evitar el malware es necesario tomar siempre una serie de precauciones esenciales.
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