La dark web es un área de internet compuesta por webs que ocultan su dirección IP, de forma que, para acceder a ellas, es necesario utilizar programas especiales. Estas webs están alojadas en la dark net, y prácticamente todo su tráfico se encuentra encriptado.
Laura Klusaite
Jun 03, 2021 · 5 minuto de lectura
Como ocurre con tantas herramientas, la dark web tiene muchos usos. Algunos de ellos son legítimos, pero otros son ilícitos. En la dark web puedes encontrar documentos científicos gratuitos, noticias independientes, foros, bibliotecas online o, incluso, una versión oficial de Facebook, por ejemplo. Sin embargo, también hay servicios de venta de drogas, armas o información bancaria robada.
Pese a que con frecuencia se utiliza ambos términos de forma intercambiable, cada uno hace referencia a algo diferente.
El término deep web se refiere a todo el contenido online que no está indexado por motores de búsqueda como Bing o Google, por ejemplo la información que se encuentra protegida por contraseñas o por muros de pago. Hay algunos buscadores que ofrecen acceso a estos contenidos, pero son escasos.
Dentro de este contexto, la dark web sería una subcategoría de la deep web, ya que las webs de la dark web tampoco son accesibles desde los motores de búsqueda.
La dark web tuvo sus orígenes en un proyecto de final de carrera de un estudiante en la Universidad de Edimburgo en 1999. Lo que surgió como un programa para compartir archivos de forma descentralizada terminó transformándose en la Freenet, un espacio para discutir ideas libres de censura.
En el año 2000, la Freenet atrajo la atención de miles de personas interesadas en su anonimidad, y poco después se desarrolló el principal programa para acceder a la dark web: Tor, publicado en 2002.
Pese a que en sus comienzos Tor estaba orientado a garantizar la libertad de expresión, en 2008 y 2009 se publicó una nueva versión que, combinada con el surgimiento del Bitcoin, facilitó la compra-venta de productos ilícitos de forma anónima, lo que le dio a la dark web la fama que tiene en la actualidad.
Si la usas, debes ser consciente de los riesgos. La dark web protege tu identidad y la de los propietarios de las webs, así que puede volverse en tu contra fácilmente. Sin embargo, puede ser un espacio seguro para el periodismo y la disidencia política. En términos generales, desde luego, lo más seguro es mantenerse lejos de ella.
No es recomendable acceder a la dark web salvo que sea absolutamente necesario.
Para entrar en la dark web hace falta emplear un navegador específico. El más popular es Tor, que funciona como un navegador normal, pero mucho más lento, debido a sus múltiples capas de encriptación. También necesitarás usar un buscador como DuckDuckGo, ya que es uno de los pocos que cuenta con una indexación de webs .onion. Ten presente, sin embargo, que gran parte del contenido que encontrarás en la dark web puede ser ilegal.
The Onion Router (Tor) fue creado por el gobierno de los Estados Unidos como una herramienta para que diferentes organizaciones militares pudieran intercambiar información de forma anónima.
El nombre de este software proviene de la técnica que emplea para encriptar los mensajes, ya que los envuelve en diferentes capas de encriptación (como una cebolla) y los envía a través de una red de ‘routers cebolla’. Cada router por el que pasa esta información desencripta una ‘capa’ de la cebolla y envía el mensaje al siguiente destino. Este proceso se repite hasta que el mensaje llega a su destinatario. Esto garantiza la anonimidad de la comunicación, pero también ralentiza el rendimiento de la dark web.
Hay diversas razones por las que la gente busca la dark web. Según un estudio realizado por NordVPN, el 49% de las búsquedas de Google sobre la dark web simplemente buscan una forma de acceder a ella, mientras que el 50,2% solo busca entender en qué consiste.
Solo un 0,5% de las búsquedas (en torno a 700 por mes) trata de saber si sus datos personales están a la venta. Y todas ellas provienen de los Estados Unidos. Un mínimo porcentaje del 0,3% de las búsquedas procedentes del Reino Unido y los Estados Unidos trataban de adquirir algo ilegal.
La mitad de los americanos, canadienses y británicos solo trataba de saber qué era la dark web en general. La India tiene el mayor porcentaje de este tipo de usuarios (un 64,6%), mientras que, en Brasil, hasta un 74,5% de las búsquedas trataban de descubrir cómo acceder a la dark web.
La deep web no es ilegal. De hecho, es difícil usar internet sin acceder a la deep web. Páginas como las bandejas de entrada de los correos o las cuentas privadas de cualquier plataforma online son parte de la deep web. Otros datos de la deep web son esencialmente datos de contexto irrelevantes.
Tampoco es ilegal estar en la dark web. Después de todo, solo está pensada para proporcionar anonimidad, algo que no es ilegal en la mayoría de países. Sin embargo, su reputación de ser un canal para las actividades ilegales puede darte problemas, así que es mejor permanecer lejos de ella.
Utilizar la dark web es como nadar en aguas abiertas infestadas de tiburones. Debido a su naturaleza desregulada, no hay forma de saber qué te encontrarás en ella. Comprar cualquier cosa es más bien una cuestión de fe, y no tanto una transacción segura: no hay términos del servicio, y el vendedor no está obligado a enviarte lo que has comprado.
Hay una alternativa mejor que la dark web para navegar de forma privada: descargar una VPN. Ambas opciones te permiten acceder a contenido geo-restringido, y ambas pueden usarse para evitar la censura, pero una VPN no te obliga a navegar a ritmo de tortuga para obtener tu seguridad online.
Con NordVPN no vas a tener que esquivar contenidos desagradables para mantenerte a salvo online. Lo único que requiere es una suscripción. Además, la app de NordVPN también tiene la característica de ‘monitor web’, que te envía alertas si tus credenciales quedan expuestas.
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